¡Maldito bicho!, La Maganta


Los días grises de mi juventud pasaron a ser oscuros…¡Así, sin avisar! Fueron tantas las ilusiones puestas en él, que con el paso de los días me doy cuenta de lo que pudo haber sido y no fue.


Era callado y dulce, como un donuts recién hecho. No había nacido aquí, aunque se había enamorado como un loco de mi tierra, de mis raíces y de mis pasiones.

Tenía tantas esperanzas puestas en que él me desenterrara del olvido y de que me hiciera volar de felicidad, que me olvidé de donde estaba y de qué estaba pasando a mi alrededor.

Nos conocimos en el instituto y desde la primera vez, nuestras miradas vidrientas se cruzaron, a pesar de la miopía. Dos tímidas almas que se atrevieron a hablar y a compartir penas del pasado, con la firme esperanza de un futuro mágico y misterioso.

El día que me sacó todos mis miedos fue el más feliz de mi vida…Aquel dolor inicial y luego el placer inmenso sigue ocupando mis sueños de la tregua de la noche. Mis días son infernales sin poder verte, sin poder oler tu sabor a mar eterno…

¡Y ahora te me vas porque tus padres han perdido el trabajo!
Maldigo una y mil veces el maldito coronavirus, el maldito bicho que ha roto el inicio del único y verdadero amor de mi vida…¿Qué hago sin poder sentir el roce de tus dulces labios y agarrar esas nalgas que me sacudían una y mil veces?

Y ahora sola, perdida en este mar de arena, incertidumbre y zozobra…
¡Maldito bicho!    









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