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Mostrando entradas de abril, 2020

"Quiero ser aquel pájaro libre", Sara González García

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  Estaba cómoda, arropada con mi manta y sintiendo ese calor reconfortante…Después de un rato sentí frío, me acurruqué, busqué mi almohada para abrazarla, pero no lograba hallarla por ninguna parte; escuché un susurro pero pensé que podría ser mi madre hablando con mi abuela en el salón, luego se hizo más fuerte, me asusté.  Escuché coches.   ¿Cómo podría haber coches si estamos en cuarentena y tenemos que aislarnos? Suavemente saqué mi cabeza de debajo de esa cómoda manta, empecé a ver todo rojo pues la luz del sol me dio en la cara. ¿Pero si yo anoche estaba en el cuarto? Abrí los ojos lentamente y vi un perfecto cielo azul sin nubes que tapaban el sol, o humo por la contaminación. Me asusté, pues como dije, yo estaba en mi cuarto. Miré hacia mi alrededor: todo era cielo solo lograba ver la parte de arriba de la iglesia ¿Estaba en una nube? ¿Había muerto? Miré hacia abajo y estaba en un nido recubierta de hojas y en un árbol con hojas y verde abundante..

"Mis días encerrada en casa", Noemi Rodríguez Gaiser

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               Día 1 "La vida ha dejado de ser un chiste para mí; no le veo la gracia", Charles Chaplin . Lunes, el primer día de la semana y no tengo que ir al instituto. Dormí toda la mañana y hablé con mis amigas por teléfono, pero todo el rato estoy acompañada por las noticias en la televisión. Me asusta, ni sé ni entiendo bien lo que está pasando. ¿Qué va a pasar en nuestra isla, en nuestro país, en todo el mundo y en mi vida?                 Día 2 “ Nunca consideres el estudio como una obligación ,  sino  como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber”, Albert Einstein. Martes, me levanto pronto, tengo ganas de empezar con Google Classroom. Todo funciona bien y con las tareas estoy ocupada hasta el almuerzo. Escuchando de nuevo la actualidad en las noticias, no me tranquiliza; al revés, me asusta más. Prefiero seguir estudiando y después distraer mi mente con NETFLIX.                Día 3 “Si quieres cambiar al m

¡Maldito bicho!, La Maganta

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Los días grises de mi juventud pasaron a ser oscuros…¡Así, sin avisar! Fueron tantas las ilusiones puestas en él, que con el paso de los días me doy cuenta de lo que pudo haber sido y no fue. Era callado y dulce, como un donuts recién hecho. No había nacido aquí, aunque se había enamorado como un loco de mi tierra, de mis raíces y de mis pasiones. Tenía tantas esperanzas puestas en que él me desenterrara del olvido y de que me hiciera volar de felicidad, que me olvidé de donde estaba y de qué estaba pasando a mi alrededor. Nos conocimos en el instituto y desde la primera vez, nuestras miradas vidrientas se cruzaron, a pesar de la miopía. Dos tímidas almas que se atrevieron a hablar y a compartir penas del pasado, con la firme esperanza de un futuro mágico y misterioso. El día que me sacó todos mis miedos fue el más feliz de mi vida…Aquel dolor inicial y luego el placer inmenso sigue ocupando mis sueños de la tregua de la noche. Mis días son infernales sin poder verte

"Diario de supervivevncia", Mafaldita

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Día 4         Me levanté a las doce, como de costumbre. Me olvidé de los deberes y almorcé. Luego recordé que tenía libros sin leer pendientes y me puse a leer. Cuando terminé, acabé hecha poesía. Me duché y recordé los deberes. Día 6 Me volví a levantar a las 12. El día anterior fue una repetición del anterior, como todos. Hoy sí que me acordé de los deberes, pero no tenía. Empecé a leer y no sé muy bien cómo acabe jugando a la Play. Día 7 Domingo, de los peores días... Me levanté, recordé que no era domingo, era nostalgia, y me volví a dormir. Día 9 Ayer no me levanté y de la cama, y… ¿para qué? Pensé que después de esto acabaríamos en un manicomio; ya no sabía que hacer, hablar con las paredes me pareció buena idea, así que les recité algo. Día 10 El despertador me recordó que seguía viva y tenía que despertar. Lo puse el día anterior para, por lo menos, aprovechar la mañana o estar más cansada por la noche. El insomnio era mi acompañante en cada una de ella

"Diario de mi cuarentena", Chona

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     El primer día las lágrimas corrían por mis ojos, ya que no podía ir a ver a mi abuela ni dar besos y abrazos a mis padres; pero poco a poco entendí que era lo mejor para todos.     El segundo día mis padres me prohibieron ir a casa de mis primos; cosa por la que me puse muy triste, ya que normalmente pasábamos la mayor parte del tiempo juntas, sobre todo con mi prima.     El primer fin de semana y el lunes de la siguiente semana fueron los días más aburridos de toda mi vida.     El martes, día quinto de la cuarentena, empezaron a mandar deberes online, cosa que me mantuvo entretenida los cuatro días siguientes.     El décimo día ayudé a mi hermano a limpiar a los perros y a ordenar un cuartito donde tenemos a los hámster y algunos trastos. Este día también echaba muchísimo de menos a mi prima y decidí ir a verla, claro que con el permiso de mis padres y a través de una puerta (esta es de cristal y por ahí estuvimos charlando un poco y luego nos despedimos nuevamente)

Fragmentos de la novela The Eyes of Darkness, de Dean Koontz, 1981

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  Lejos de formular más teorías “conspiranoicas” con respecto al COVID-19, pongo a la Literatura como modo de tratar de entender la realidad o, quizás, de deformarla con el fin último de entretener…    Mucho se ha hablado sobre la novela The Eyes of Darkness , escrita en 1981 por Leigh Nichols, seudónimo de Dean Koontz. En ese libro que me leí hace poco, un virus letal creado en la  Unión Soviética , llamado  “Gorki-400 ”, era un arma biológica a la que los estadounidenses trataban de buscar antídoto en unos laboratorios subterráneos y secretos entre las   montañas de Nevada.   En la edición de 1989 , parece ser que salió Wuhan-400 (no me he leído esa edición) y ya firmada con el nombre real: Dean Koontz.   Desde un punto de vista literario, la novela no es gran cosa, siendo sinceros. Parece hecha simplemente para vender y posteriormente llevarla al cine (no sé si ya lo han hecho). Dejo algunos fragmentos de la edición original, la que sí me he leído, procurando no “dest