"Acontecimientos demoníacos", Sheila María López Armas


Todo empezó una tarde nublada, cuando estaba viendo un vídeo de actividad paranormal. Estos temas me fascinan, ya que prueban que no somos los únicos en este mundo. Cuando acabe de ver más vídeos de este estilo, llegó la noche y me instalé una grabadora en mi teléfono para ver si captaba algo durante la misma.

    A la mañana siguiente decidí ver la grabación; pero con miedo, porque aunque estos temas me fascinan, nunca quitan el temor de encontrar algo. Esperé un poco para asimilar lo que podría encontrar en esas grabaciones, hasta que decidí escucharlas. Cuando iba por la hora 3:33:13 hasta la hora 4:41:55 se escuchaban ruidos, pasos, respiraciones y lamentos. Yo estaba segura de que esos pasos y ruidos no los podía hacer yo, ya que el móvil lo dejé en el escritorio, que se encuentra lejos de mi cama, y los pasos tampoco pudieron ser míos, porque esa noche estaba sola en la casa y no soy sonámbula.

   Ese día estuve atemorizada, ya que no paraba de escuchar ruidos en mi casa: una botella no paraba de caerse, escuchaba pasos en el techo y yo no vivo en un edificio para que los vecinos de arriba caminen y hagan ruido.

    Llegó la tarde y los ruidos no paraban. En ese momento recordé la grabación y se me pusieron los pelos de punta, porque había notado que alguien había dicho mi nombre. Seguido de eso, sentí una suave brisa en mi cara, como si alguien hubiese pasado delante de mí. Quise pensar que lo de mi nombre sonó en mi cabeza pero lo de la brisa no pude encontrar un dato lógico porque no tenía las ventanas ni nada abierto para que pidiera entrar alguna brisa.

    Esto empeoró en la noche… En ese instante ya pasaron sucesos extraños
como caerse cosas bien sujetas, a escuchar palabras tan claras que parecía que estuviera hablando con una persona… Aquí me aterre, decidí preguntar qué quería y por qué estaba aquí. Fue una mala decisión, porque no me respondía, pero a la mañana siguiente amanecí llena de moretones y rasguños en la espalda, y en mi antebrazo una marca de una mano. Aquí ya no aguante más y decidí llamar a un cura para que viniera a mi casa y me ayudara.

  Pero antes de esto decidí hacer una “ouija” para que estuviera el o los espíritus…¡Fue una muy mala decisión! Todo empezó a ir muy mal, a caerse objetos al suelo, moverse de una lado a otro y unos pasos muy fuertes que parecían correr…En ese momento sentí el verdadero terror.


   El cura llegó y cuando entró no podía creer lo que estaba viendo; empezó a llorar pero sin ningún aspecto triste. Estaba parado en la puerta y llorando. Yo estaba gritando para que me ayudara, pero no daba señal. Decidí coger un libro que se había caído al lado mío y se lo lancé a la cara para que reaccionara. Al fin reaccionó y pudo ayudarme a sacar a ese espíritu demoníaco de mi casa, pero nos dimos cuenta de que no solo había uno, sino tres espíritus demoníacos más. Esto nos costó más de lo que pensábamos porque los espíritus nos tiraban cosas…
 


Al fin pudimos liberarnos de los espíritus y volver a la calma, el cura se fue y me quedé más tranquila pero tenía todavía un pequeño miedo en mi interior.

Han pasado tres años después de este suceso y no ha acaecido nada; veo que ya todo ha vuelto a la calma. Espero que no vuelva a ocurrir jamás…






Comentarios

Entradas populares de este blog

Apuntes para la ESO