“La película de miedo”, Alina Shuster Lütticke


Fue una de estas tardes de confinamiento en tiempos del Coronavirus, cuando me vino la idea de mirar una película de miedo, como a menudo hago, ya que me gusta ver cosas por el estilo. Pero esa película era rara, no como las otras... parecía muy real y pensé que yo era la protagonista de la misma. Pasaban cosas extrañas que más tarde explicaré...
Cuando había terminado la película, yo estaba muerta de miedo porque la sensación que me daba no me gustaba para nada, no era como en las otras, ya que normalmente no me afectaba mucho.

 Decidí acostarme e intentar dormir, no pensaba que lo consiguiera pero sí, me dormí bastante rápido. Al día siguiente ya apenas me acordaba de esa película que anoche me había asustado tanto, quería olvidar esa sensación extraña. Empecé mi rutina haciendo tareas y deporte, a veces recordé lo de anoche pero intente concentrarme en las tareas. Por la noche saqué el perro, como hago siempre, y me fui dando cuenta de que estaban pasando los mismos acontecimientos que en esa peli…

   Era una noche con mucho viento, había mucha gente en la calle, lo que ya me sorprendía (supuestamente, todo el mundo debería quedarse en casa). Un hombre, que me sonaba de algo, me miró a la cara y por la calle pasó un coche que reconocí de la película. En ese instante me di cuenta de que todos esos acontecimientos le habían pasado a la protagonista de la película y me estaba empezando a dar muchísimo miedo, porque sabía lo que iba a pasar…

  ¡Y sí, tenía razón: de repente estaba en medio de una película de terror, solo que era en la vida real! Como en la película, la gente gritó y empezó a caer en el pánico; el hombre que antes me había mirado volvió y se cayó al suelo, estaba muerto igual que muchas personas más… Y ahí estaba una niña de 15 años sola en una situación tan extraña. Intenté mantener la calma dentro de lo posible cuando, de repente, me levanto asustada y llorando en mi cama con mi perrito al lado.


Todo había sido solo un sueño… Me levanté para asegurarme que de verdad todo estaba bien y por suerte ese era el caso. Después de soñar esa extraña pesadilla que parecía tan real, no pude dormir más en toda la noche.

  Al pensar en esa noche, siento un escalofrío y los pelos se me ponen de punta, lamentablemente el Coronavirus y todo lo que trajo consigo no es un sueño, pero sí una lección para Nuestro Mundo.




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